- “Más el que persevere hasta el fin, éste será salvo”. Mateo 24:13
La perseverancia en la fe es un tema recurrente en el Nuevo Testamento. Sin embargo, es importante entender que esta perseverancia no es una obra humana que garantiza la salvación, sino una evidencia de la obra continua de Dios en la vida del creyente. La Biblia enseña claramente que la salvación es por gracia, a través de la fe en Jesucristo, y no por obras (Efesios 2:8-9). Esto incluye tanto el inicio de la vida cristiana como su continuación y culminación.
La seguridad de la salvación se basa en las promesas de Dios y en su poder para mantener a los creyentes. En Juan 10:28-29, Jesús asegura que nadie puede arrebatar a sus ovejas de su mano, lo que subraya la seguridad eterna de aquellos que pertenecen a Él. Asimismo, en Filipenses 1:6, Pablo expresa su confianza en que Dios, quien comenzó la buena obra en los creyentes, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo.
La perseverancia de los santos es una doctrina que enseña que aquellos que verdaderamente han sido regenerados por el Espíritu Santo y han puesto su fe en Cristo perseverarán en la fe hasta el fin. Esta perseverancia es una evidencia de la verdadera salvación, no su causa. El Espíritu Santo obra en los creyentes, capacitándolos y motivándolos a mantenerse firmes en la fe, incluso en medio de pruebas y tribulaciones, en pocas palabras, el creyente persevera porque es salvo.
La perseverancia no es una condición para ser salvo, sino una característica de aquellos que son verdaderamente salvos. Aquellos que perseveran hasta el fin lo hacen porque están sostenidos por la gracia de Dios y su poder preservador.
Es crucial, entonces, interpretar Mateo 24:13 a la luz del mensaje global de las Escritura. Este versículo no sugiere que la salvación se pierde si no se persevera, sino que la perseverancia es una demostración de la fe genuina y la obra de Dios en la vida del creyente. Los verdaderos creyentes, aquellos que han sido salvados por la gracia de Dios, serán capacitados por el Espíritu Santo para perseverar hasta el fin.
Ahora, la palabra «El fin» ha sido tomado equivocadamente por el fin de la vida de uno, pero una cuidadosa mirada al contexto (vv. Mateo 24:3, Mateo 24:6) hace evidente que es el fin de la era presente, es decir, el regreso de Cristo y la culminación de la historia redentora.
Es importante también entender que la palabra «salvo» puede tener diferentes significados en la Biblia dependiendo del contexto. En este caso, «salvo» no se refiere a la salvación eterna en términos de justificación, sino más bien se refiere a la liberación y protección en tiempos de persecución.
