Lucas 14:26; “Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo”
Tomado al pie de la letra, constituye una contradicción al precepto de amar, aún a los enemigos. Pero acordándonos del hebraísmo, esto es una expresión propia de los judíos y significa “amar menos”. Aborrecer en griego es “miséo” y significa precisamente “amar menor”, cuando notamos estas cosas ya no sólo desaparece la contradicción, sino que comprendemos el verdadero sentido del texto, sentido que sin hebraísmo expresa Jesús mismo, diciendo: «El que ama padre o madre más que a mí, no es digno de mí.» (Mateo. 10:37).