“………..y Raquel hurtó los ídolos de su padre.” Génesis 31:19
No estamos seguros de por qué lo hizo. A primera vista parece que quería usarlos en su culto particular. Pero si ésta fuera la única razón o la verdadera, dejaría sin explicar la seriedad del acto; es decir, por qué Labán se enojó tanto por la pérdida de ellos. ¿Acaso perseguiría a Jacob y a su familia para recobrar unos cuantos ídolos de barro?
Según el texto hebreo, los ídolos eran realmente terafines y los terafines no eran solamente ídolos; además de tener valor religioso, eran una especie de certificado de propiedad de los bienes pertenecientes a la familia. La posesión de los terafines le garantizaba a Raquel la posesión de la propiedad de su padre para Jacob. De ahí el empeño de Labán por recuperarlos (cf. vs. 22-30). Sin embargo, Jacob no supo lo que Raquel había hecho, y nunca quiso aprovecharse de esa manera.