Marcos 14:13 “Y envió dos de sus discípulos, y les dijo: Id a la ciudad, y os saldrá al encuentro un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidle”
Cristo envió a dos de sus discípulos a buscar un lugar donde pudieran celebrar la Pascua la noche anterior a la crucifixión, les dio instrucciones inequívocas, un hecho que a menudo escapa a nuestra atención. La hostilidad de los fariseos era tan grande que el secreto era de suma importancia si Él quería terminar su cena con los discípulos sin interrupción. La orden de Cristo (Marcos 14:12-14) era que encontrarían un hombre que llevaba un cántaro de agua y que siguieran a ese hombre al lugar donde celebrarían la Pascua. En la antigua Palestina, el cargar agua era un trabajo de la mujer; por lo general no se veía a ningún hombre cargando un cántaro de agua. Esa información no dejaría duda acerca de qué persona debían ellos seguir. Esa puede haber sido una señal arreglada de antemano, convenida en secreto, que nos da una vislumbre de la tensión y del peligro de esos días anteriores a su crucifixión! El conocimiento de detalles culturales nos alerta sobre la importancia de acciones que de otro modo pudiera escapársenos su comprensión.