✍🏻“Y no temáis a los que matan el cuerpo, más el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.” Mateo 10:28
Juliano el Apóstata o Flavio Claudio Juliano, conocido como Juliano II o, como fue apodado por los cristianos, “el Apóstata”. Fue emperador de los romanos desde el 3 de noviembre del 361 hasta su muerte. En los días de su prosperidad, se dice que amenazó con su espada al cielo, desafiando al Hijo de Dios, a quien llamaba comúnmente el “galileo”. Pero cuando fue herido en una batalla y vio que todo había terminado para él, echó un grumo de su propia sangre al aire y exclamó: “Has vencido, galileo.” (William Swan Plumer).
De los treinta emperadores romanos, gobernadores de provincias, y otras personas con cargos elevados que se distinguieron por su celo y malicia en perseguir a los cristianos primitivos, uno de ellos se volvió loco después de cometer una crueldad terrible a otro le dio muerte su propio hijo; uno se volvió ciego; a otro se le salieron los ojos de la cabeza; otro murió ahogado; otro, estrangulado; uno murió en la cautividad abyecta; otro cayó muerto; otro murió de una enfermedad asquerosa, de modo que sus médicos tuvieron que darle muerte porque no era posible resistir el hedor que llenaba la habitación; dos se suicidaron; un tercero lo intentó pero tuvo que pedir ayuda para poder hacerlo; cinco fueron asesinados por sus siervos u otros; cinco murieron en circunstancias de extremo sufrimiento: varios de ellos de complicaciones de enfermedades; ocho murieron en batalla o después de haber caído prisioneros.
En nuestros tiempos modernos una serie de celebridades que se expresaron mal de Dios encontraron la muerte al poco tiempo; Marilyn Monroe, era una actriz e ícono sexual estadounidense fue visitada por un pastor que aseguraba ser un enviado por Dios para predicarle su palabra, pero ella le respondió «Yo no necesito a su Jesús». Una semana después la mujer apareció curiosamente muerta, al parecer por una sobredosis de píldoras para dormir. John Lennon estaba seguro de que el cristianismo desaparecería, luego dijo que los Beatles eran más famosos que Jesucristo. Años después, el cantautor murió de un disparo frente al edificio del departamento en donde residía. Un político brasileño de nombre Tancredo Neves ganó las votaciones para la presidencia del país y declaró las palabras “Ni siquiera Dios me podía arrebatar la presidencia”. El candidato muere meses después de su logro a causa de una enfermedad infecciosa y no llega a asumir la presidencia. J. Bruce Ismay, el hombre que construyó el Titanic con el apoyo de la compañía White Star Line mencionó las palabras “Ni Dios puede hundir este barco”. La otra parte de la historia ya nos la sabemos y este hombre se encontraba a bordo del transatlántico, pero fue un sobreviviente. Este caso no es igual que el de los demás, porque Ismay no muere sino hasta muchos años después, pero al parecer sí le quiso dar una lección. La lista puede continuar, pero lo dejaré acá porque no estoy diciendo que Dios los haya matado, pero ellos se burlaron de Dios en público y recibieron su merecido.
Dios es la amenaza más grande para la vida de usted, para la vida de cualquier ser humano. Usted no debería temer nada en un sentido definitivo, que esté limitado al daño físico, incluso muerte física, porque esas cosas que pueden dañar su cuerpo, no son las cosas que producen la destrucción final de su alma. Debe estar aterrado de Aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno. Y ese no es Satanás, Satanás no es el soberano del infierno, él está entre aquellos que estén en el Lago de Fuego mismo, que será castigado eternamente por el Soberano que está por encima del infierno, quién es Dios mismo.