La Navidad: Símbolo y Realidad

“Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor. Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre. Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían:  ¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!” Lucas 2:10-14

El tema de la navidad en cuanto al día y mes del nacimiento de Jesucristo ha sido motivo de muchos debates a través de la historia de la Iglesia y sobre todo en los 5 primeros siglos, al punto que una autoridad en la materia afirmó que todos los meses del año tenían defensores.

Y si es verdad que sobre el siglo V quedó establecido el 25 de diciembre con base también en la tradición, este coincidía con la fiesta pagana del «Sol Invencible» celebrada en prácticamente todo el imperio romano.

La conclusión a que llegaron los líderes de la Iglesia es que a pesar de tantas y hasta mejores propuestas para la fecha del nacimiento, pues todo indica que no fue en invierno, pero al no tener ningún candidato seguro, optaron por adoptar el día más común para todos por sus símbolos, que, aunque paganos, no dejaban de ser muy significativos respecto a Cristo el VERDADERO SOL DE JUSTICIA como dice en 2 Pedro 1:19:

«Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones».

El verdadero Dios que venció a la muerte y resucitó triunfante, y la REALIDAD DEL ARBOL DE LA VIDA hecho carne, de aquí que conservaron el famoso «arbolito de navidad» pero ya en representación, no de dioses paganos, sino en representación del «árbol de la vida que está en el paraíso de Dios».

Y fue así como se DESMITOLOGIZO una fiesta pagana para dar lugar a las realidades de aquellos símbolos paganizados, y al recordatorio con gran gozo del Salvador Jesucristo como anunció el ángel al principio del texto citado.

Se que hay muchos que esto no lo toleran pues siguen viendo en esta celebración el «fósil» de aquella fiesta pagana y su idolatría, causa de la tergiversación del proto-evangelio ya predicado por las diásporas Judías entre las naciones, las cuales ya también esperaban, según el testimonio antiguo, alguien que venía del cielo, nacería de una virgen, y triunfaría sobre todo el poder de las tinieblas, como también creía un gran apologista cristiano de los siglos 2 y 3, respecto del Evangelio en forma de símbolos ya presente, pero mitologizado entre las naciones, por lo cual, todas las naciones esperaban con ansias al Salvador como leemos en Hageo 2:6-7

«Porque así dice Jehová de los ejércitos: De aquí a poco yo haré temblar los cielos y la tierra, el mar y la tierra seca; y haré temblar a todas las naciones, y vendrá el Deseado de todas las naciones; y llenaré de gloria esta casa, ha dicho Jehová de los ejércitos».

Y también afirmó que antes de Cristo el nombre de Dios ya era reverenciado por las naciones en Malaquías 1:11

«Porque desde donde el sol nace hasta donde se pone, es grande mi nombre entre las naciones; y en todo lugar se ofrece a mi nombre incienso y ofrenda limpia, porque grande es mi nombre entre las naciones, dice Jehová de los ejércitos».

Texto gramaticalmente en tiempo presente en hebreo refiriéndose a la realidad histórica de la época de Malaquías.

Así, y por todo esto la navidad del 25 de diciembre fue llenada con la verdad de Cristo. Y por el día y mes, no hay que preocuparse pues en un final la fecha exacta está en las sombras del misterio, y lo importante era recuperar el recordatorio que por motivos culturales no se registraban las fechas de nacimiento en Israel, y no porque eso estuviera prohibido.

También los templos eran paganos y los reyes, pero Dios se lo permitió a Israel cuando este se lo pidió y los formalizó y los ungió como cosas santas, y las casas que heredaron los judíos en la conquista de Canaán eran de idólatras, asesinos y paganos, pero Dios las santificó para su pueblo y se las dio.

Entonces, no nos previmos de la bendición de la Navidad y su TOTAL SIGNIFICADO CRISTIANO, al ser llenada del verdadero Cristo y su obra gloriosísima de hacerse hombre para salvarnos, y en vez de estar dudando y cuestionando, concentrémonos en aquel glorioso suceso que ocurrió en algún día del año y celebremos al igual que los ángeles las noticias DE GRAN GOZO, y con la alegría mayor de que un día, Cristo, nació también en nuestros corazones para estar con nosotros para siempre.

SALUDOS, BENDICIONES Y FELIZ NAVIDAD.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Scroll al inicio