Maldiciones Generacionales

“No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; Porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen”. Éxodo 20: 4 – 5

El tema de las maldiciones generacionales es una corriente teológica que lleva ya algunos años sonando mucho en las iglesias neo pentecostales, ella indica que el creyente debe ser totalmente libre de las maldiciones que acarrea por los pecados de sus antepasados. Muchos creyentes sinceros andan en busca de LIBERACION de estas cargas y ataduras del pasado. Esta doctrina está íntimamente relacionada a otras contemporáneas como la “guerra espiritual”, “sanidad interior”, “confesión positiva”, etc.

Veamos que dice la Biblia y cómo la hermenéutica nos puede ayudar a dar una interpretación correcta a esta idea.

En primer lugar, la Biblia sí habla aparentemente de “maldiciones generaciones” (Éxodo 20:5; 34:7; Números 14:18; Deuteronomio 5:9), pero los promotores de esta doctrina solo se basan superficialmente en estos textos, no hay una interpretación correcta, sólo ven lo que ellos quieren ven, basan su doctrina como todas las sectas, ellos dan mucho énfasis a la palabra “iniquidad” de Números 14:18 para luego decir: “La Iniquidad es transmitida al ser humano desde su concepción y se hacen más fuertes en cada generación, se robustece de maldición, pero que los padres tienen la potestad de establecer herencia de bendición para los hijos cortando estas raíces de iniquidad”.

Interpretaciones de este tipo revelan una muy grave falta de respeto hacia el texto inspirado y de un conocimiento básico de la hermenéutica.

Me gusta la última frase del verso de Éxodo 20: “…que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen”. Es lógico que aquellos que aborrecen a Dios están en el camino de la maldición y viven conforme a la herencia dejada por sus padres. Moisés había dejado claro que los hijos no eran castigados por los pecados de sus padres (Deuteronomio 24:16; Ezequiel 18:19-32), pero los hijos sentirían los efectos de las violaciones de la ley de Dios por parte de la generación de sus padres como una consecuencia natural de la desobediencia, de su odio de Dios. Los hijos criados en un ambiente así se impregnarían de dicha idolatría y luego la practicarían, y pasarían a su vez a expresar una desobediencia llena de odio. La diferencia, como consecuencia, servía a la vez de advertencia y motivación. El efecto de una generación desobediente sería plantar la maldad de forma tan arraigada que se precisaría de varias generaciones para eliminarla.

El remedio para estas “maldiciones generacionales” NO es la LIBERACION en un RETIRO, NO es por poder IDENTIFICAR los PECADOS de tus antepasados, NO es a través de un RITO DE ROMPIMIENTO DE MALDICIONES, el remedio para estas “maldiciones generaciones” es por medio de la SALVACIÓN POR JESUCRISTO.

Nosotros nacemos muertos en nuestros delitos y pecados (Efesios 2:1), y que nuestro corazón está inclinado siempre y únicamente hacia el mal (Génesis 6:5). Solo por la intervención soberana de Dios, los hombres somos regenerados y recibimos un nuevo corazón. Cuando nos convertimos en cristianos, somos nuevas criaturas (2 Corintios 5:17). ¿Cómo puede un hijo de Dios seguir bajo la maldición de Dios (Romanos 8:1)? La cura, entonces, para una «maldición generacional» es la fe en Jesucristo.

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