“Siervos, obedeced en todo a vuestros amos terrenales, no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino con corazón sincero, temiendo a Dios. Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.” Colosenses 3:22-24
En este pasaje, el apóstol Pablo presenta tres principios éticos fundamentales sobre el trabajo:
1. Obediencia, Constancia y Sinceridad (Colosenses 3:22)
El primer principio que Pablo establece es que el cristiano debe abordar su trabajo con un espíritu de obediencia a Dios. Esto significa verlo como una mayordomía que exige compromiso, incluso en ausencia de supervisión directa. La frase “no sirviendo al ojo” destaca la necesidad de trabajar con integridad y sinceridad, evitando una actitud superficial que busca impresionar solo cuando el jefe está presente. La diligencia en el trabajo refleja un corazón alineado con los valores del Reino de Dios.
2. El Señorío de Jesucristo (Colosenses 3:23-24)
Pablo también recuerda que los cristianos, independientemente de su posición laboral, sirven a “Cristo el Señor”. Esta perspectiva redefine la relación laboral, pues nuestro trabajo no solo satisface a empleadores humanos, sino que se convierte en una ofrenda espiritual a Jesús, nuestro verdadero jefe. Este principio eleva el significado del trabajo, transformándolo en un acto de adoración y testimonio de nuestra fe.
3. La Recompensa Eterna (Colosenses 3:24)
El tercer principio subraya que el trabajo tiene un significado eterno. Pablo motiva a los creyentes al recordarles que Dios es justo y recompensará la fidelidad con una herencia celestial. Esta promesa nos desafía a mantener una ética laboral elevada, independientemente de las circunstancias terrenales. Imagínese cómo cambiaría la calidad de los productos y la productividad global si todos los trabajadores aplicaran este enfoque.
La Realidad Distorsionada del Trabajo
Sin embargo, el significado del trabajo ha sido distorsionado debido al pecado. Hoy en día, el trabajo suele percibirse como un medio para un fin: lograr una vida cómoda. Este enfoque utilitario ha llevado a huelgas, baja productividad, exigencias excesivas de sindicatos, ausentismo y cambios frecuentes de empleo. Tales síntomas reflejan una insatisfacción generalizada.
Incluso los cristianos podemos caer en esta mentalidad, olvidando que el trabajo no es solo una necesidad terrenal, sino una vocación divina. Dios diseñó el trabajo como una expresión de nuestra mayordomía. Cuando lo vemos desde esta perspectiva, el trabajo deja de ser una carga y se convierte en un acto significativo con implicaciones eternas.
Conclusión
La comodidad no es el objetivo final del cristiano, sino la fidelidad a Dios en cada tarea asignada. El trabajo, cuando se realiza “como para el Señor”, trasciende lo terrenal y adquiere valor eterno. Al aplicar los principios de Colosenses 3:22-24, transformamos nuestro lugar de trabajo en un campo de servicio a Cristo, demostrando que el Reino de Dios influye en todos los ámbitos de la vida.
Estoy totalmente de acuerdo con los versículos bíblicos. pero creo que el análisis de los mismos son un poco superficiales y no profundizan en el verdadero sentido de los mismos, no se tiene en cuenta el contexto histórico: En ese tiempo no existían grandes industrias sino que el trabajo era puramente artesanal (Nada tiene que ver con nuestro actual sistema industrial). Los obreros cristianos sirven a Cristo, siempre y cuando el trabajo que realicen no sea contrario a la voluntad de Dios.
Esto me lleva a pensar que toda aquella actividad que sea contraria a la ética de su Reino debe abandonarse.
Por ejemplo si yo se que estoy utilizando materiales que ponen en peligro, esclaviza, degrada, humilla o fomenta la avaricia y el egoísmo, no creo que siga la línea de lo que se me dice en los versículos.
Por otro lado si tengo en cuenta el contexto sociocultural, económico y político de aquél entonces me encuentro que nada tiene que ver con nuestro sistema capitalista y hedonista en el que nos movemos hoy en día, donde por desgracia se arrasa y se vilipendia al pobre y donde se le oprime sin misericordia.
¿Respeta mi trabajo el ecosistema? Apocalipsis 11:18
O pensamos que por ser cristianos no tenemos el deber de tener claro estos puntos y de ponerlos en práctica en nuestras vidas. Proverbios 24:12.
Mi trabajo ha de glorificar a Dios, pero esto sucede cuando los que tengo a mi alrededor pueden decir … verdaderamente este es un discípulo suyo. Lease la Carta Magna del Reino de los cielos Mateo 5-7. El resto son componendas para acallar nuestras conciencias y seguir en nuestras disonancias cognitivas o dicho popularmente en nuestros autoengaños Jeremías 17:9.