Las Escrituras indican claramente que hay dos grupos de ángeles caídos: uno formado por los que tienen alguna libertad para llevar a cabo los planes de Satanás, y otro cuyos componentes están confinados. De los confinados, algunos lo están temporalmente, mientras que otros están encarcelados permanentemente en el Tártaro (2 Pedro 2:4 y Judas 6). Los griegos consideraban el Tártaro como un lugar de castigo menor que el Hades. Los que están encarcelados temporalmente, se hallan en el abismo (Lucas 8:31; Apocalipsis 9:1–3, 11). Algunos aparentemente recluidos allí para esperar el juicio final, mientras que otros serán soltados para que realicen actividades en la tierra (vv. 1–3, 11, 14; 16:14).
¿Por qué razón están algunos en el Tártaro? Si es como resultado de su pecado original de rebelión junto a Satanás, entonces, ¿por qué todos no están allí? ¿Y por qué no está el mismo Satanás también? El confinamiento en el Tártaro para algunos de los ángeles caídos tiene que ser un castigo por algún otro pecado que el original, y, de ser así, por algún pecado especial. Algunos sugieren que el pecado antinatural de Génesis 6:2–4 cometido por algunos de los ángeles caídos (llamados “hijos de Dios” en el pasaje) es la causa de su confinamiento en el Tártaro.
Aunque los ángeles no se reproducen según su género (es decir, no producen ángeles bebés), se les pudiera haber permitido cohabitar con mujeres humanas en esta singular ocasión para producir prole humana. Sin embargo, la naturaleza excepcional de este permiso, lo cual va en contra de todo lo que conocemos de los ángeles y del matrimonio, constituye la debilidad de este punto de vista. Pero si fue permitido en esta única ocasión, solamente enfatiza la singularidad de este increíblemente monstruoso pecado que resultó en el confinamiento permanente en la prisión del Tártaro para los ángeles participantes. Los cómplices humanos en el pecado, por supuesto, murieron en el diluvio.
Otros puntos de vista en cuanto a los “hijos de Dios” en este pasaje incluyen (a) la línea piadosa de Set, la cual cohabitó con las mujeres impías de la línea de Caín, y (b) gobernantes de la línea de Caín. El punto débil de (a) está en la necesidad de creer que las líneas piadosas e impías se mantuvieron distinguidas a través de los años hasta que ocurrió el evento de Génesis 6. La flaqueza de (b) (un punto de vista sugerido en los targumes arameos) es la falta de evidencia de que un sistema monárquico de gobernantes se hubiera establecido por la línea de Caín al cabo de este tiempo. Aunque yo personalmente me inclino al punto de vista de los ángeles caídos, esto es un problema interpretativo que no podemos resolver.
¿Cuál fue el pecado en cuestión, quienesquiera lo hayan cometido? Hay tres posibles respuestas:
(1) Si involucraba a los ángeles, entonces el pecado fue la cohabitación angélica con seres humanos.
(2) Si los hijos de Dios eran humanos, fue el pecado de casarse indiscriminadamente sin considerar la condición espiritual (se trataba de la línea de Set) o posición real (si involucraba a reyes).
(3) Era el pecado de poligamia porque el versículo 2 se puede comprender en el sentido de que ellos (quienesquiera que fueren) tomaron todas las esposas que escogieron (cf. 4:19). La prole eran hombres de fuerza y destreza militar (los nefilim probablemente vivieron en la tierra antes de estos matrimonios y no fueron el resultado de ellos).
Para resumir estos asuntos de existencia, origen, y confinamiento de algunos de los ángeles caídos, uno pudiera hacer un diagrama así:
Fuente:
– Basic Theology, Charles C. Ryrie, Copyright, Editorial Unilit, Miami, Fl. U.S.A. © 1993 All right reserved.