“Y les enseñaba, diciendo: ¿No está escrito: Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones? Mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones”. Marcos 11:17
La referencia a la «cueva de ladrones» no tiene nada que ver con el comercio en el templo como alguno puede pensar, una cueva de ladrones era el lugar al que los ladrones se alejaban tras cometer sus delitos. Era su escondrijo, un lugar en el que se refugiaban y se sentían seguros.
Usando el texto de Jeremías 7:11 Jesús denuncia la falsa seguridad de los líderes religiosos como ladrones que hallaban refugio en el templo. Estos líderes religiosos habían permitido que el templo se haya degenerado hasta convertirse en un escondite seguro donde las personas creían encontrar perdón y comunión con Dios sin importar cómo actúen después fuera de él. Tanto la acción como las palabras proféticas de Jesús atacan una falsa confianza en la eficacia del sistema de sacrificios del templo. Los dirigentes del pueblo piensan que pueden robar las casas de las viudas (Mateo 12:40) y después llevar a cabo los sacrificios prescritos según los patrones prescritos, en el momento, lugar y forma prescritos, y que, con ello ya no tienen nada que temer. Estaban muy equivocados.
El templo había llegado a ser un lugar en donde el pueblo de Dios, en lugar de poder adorarlo tranquilamente, era extorsionado y sus extorsionistas eran protegidos descaradamente.
Exelente explicación hermano Dios le bendiga