Hace un año aproximadamente, escuché a un «evangelista» decir: «Uno de los beneficios del sacrificio de Jesús es la sanidad del cuerpo. En el momento que un hombre recibe a Cristo como su Salvador, por consecuencia recibe sanidad física en el caso de que estuviera enfermo y no podrá ser tocado nunca más por la enfermedad».
Tras algunas declaraciones, invitó de forma insistente a la gente a repetir una oración y a dejar sus tratamientos médicos en un acto de fe, cosa que ha resultado en un empeoramiento de la salud o en la muerte. En medio de toda su función casi artística, citó varias veces Isaías 53:4. Es un pasaje bíblico que pareciera apoyar su idea y como es de costumbre entre personas que no estudia la biblia, el mensaje tuvo buena recepción.
J. C. Ryle dice lo siguiente sobre la enfermedad:
«La enfermedad es universal y está en todos lados. Hombres, mujeres y niños se enferman y mueren. La enfermedad se encuentra entre todas las clases y tiene todas las descripciones.
¿Por qué la enfermedad es universal?
La única explicación satisfactoria es la que la Biblia da. Algo ha entrado al mundo que ha despojado al hombre de sus privilegios originales, en una palabra: pecado. “…el pecado entró en el mundo…, y por el pecado la muerte” (Romanos 5:12). El pecado es la causa de toda enfermedad, padecimiento, dolor y sufrimiento que prevalecen en la tierra (Génesis 3:17-19)».
A continuación, analizaré el texto en cuestión a la luz de las Escrituras.
Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.
Isaías 53:4
Aunque los versículos de Isaías 53 se conjugan en pasado, predicen acontecimientos futuros.
Se puede decir que la profecía de Isaias tiene un doble cumplimiento:
- Isaias profetizó que el Mesías sanaria a los enfermos (no a todos en un sentido general). Las sanidades de Jesús fueron pruebas o evidencias de su mesianismo.
Y cuando llegó la noche, trajeron a él muchos endemoniados; y con la palabra echó fuera a los demonios, y sanó a todos los enfermos; para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.
Mateo 8:16-17
- Isaias profetizó que el sacrificio de Jesús le pondría fin a toda enfermedad, pero esto ocurrirá cuando nuestros cuerpos sean glorificados en su segunda venida.
en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.
1 Corintios 15:52
Otro texto que suele citarse para apoyar lo dicho por este pseudo evangelista es 1 Pedro 2:24.
quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.
1 Pedro 2:24
Se ha enseñado que debemos repetir la última parte del texto de forma incansable con el fin de recibir sanidad de alguna enfermedad física o mental que padezcamos. Una lectura minuciosa del texto contradice lo que normalmente se hace en algunos llamados evangelisticos, los cuales están cargados de métodos humanos.
Pedro en el texto no está hablando de la sanidad física, que ciertamente todos necesitamos. Pedro está hablando de la herida mortal del pecado y presenta el sacrificio de Jesús como la cura para el pecado del hombre.
La biblia y la historia registran casos de hombres usados tremendamente por Dios, que en un momento de su vida tuvieron que cargar con el peso de una enfermedad.
- El Apóstol Pablo fue un hombre usado de una manera tremenda por Dios, considero que no nos cabe ninguna duda de ello, pero no debemos olvidar las debilidades de este hombre, entre ellas una enfermedad. La Biblia en ningún lugar registra que Dios lo haya sanado.
Y hacía Dios milagros extraordinarios por mano de Pablo, de tal manera que aun se llevaban a los enfermos los paños o delantales de su cuerpo, y las enfermedades se iban de ellos, y los espíritus malos salían.
Hechos 19:11-12
Pues vosotros sabéis que a causa de una enfermedad del cuerpo os anuncié el evangelio al principio;
Gálatas 4:13
Nadie en lo absoluto es inmune a la enfermedad. La enfermedad no desplaza al Espíritu Santo o no nos hace menos espirituales.
- Un creyente y colaborador de Pablo llamado Epafrodito, estuvo al borde de la muerte producto de una enfermedad.
Pues en verdad estuvo enfermo, a punto de morir; pero Dios tuvo misericordia de él, y no solamente de él, sino también de mí, para que yo no tuviese tristeza sobre tristeza.
Filipenses 2:27
- Timoteo sufrió de forma continua problemas digestivos por causa de la mala calidad del agua de Éfeso.
Ya no bebas agua, sino usa de un poco de vino por causa de tu estómago y de tus frecuentes enfermedades.
1 Timoteo 5:23
- Trófimo fue dejado en Mileto en malas condiciones de salud.
Erasto se quedó en Corinto, y a Trófimo dejé en Mileto enfermo.
2 Timoteo 4:20
Podría citar más textos bíblicos, pero considero que ha quedado claro que los cristianos pueden enfermarse y en el peor de los casos, morir por una enfermedad. Aunque nadie quiere estar enfermo, no nos olvidemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien (Romanos 8:28).
Puedes ser un hombre de Dios y eso se respeta, pero no eres intocable. Elíseo, uno de los grandes profetas del Antiguo Testamento, un día se enfermó y producto de aquella enfermedad murió.
Estaba Eliseo enfermo de la enfermedad de que murió. Y descendió a él Joás rey de Israel, y llorando delante de él, dijo: ¡Padre mío, padre mío, carro de Israel y su gente de a caballo!
2 Reyes 13:14
Tenga por seguro, que si a Dios se le place sanarlo, lo sanará, pero también tenga por seguro, que cuando nuestros cuerpos sean glorificados, se acabará toda enfermedad. No tenemos derecho a exigir que todas nuestras enfermedades sean sanadas en el tiempo presente. Solo cuando estemos en el estado eterno disfrutaremos de todos los beneficios de la obra de Cristo. Debemos orar por los enfermos creyendo que Dios puede sanarles, pero recuerde que Dios no está obligado a hacerlo.
Este artículo no tiene la intención de promover el cesacionismo, sino contrarrestar una falsa doctrina que es muy predicada por un gran número de pseudos evangelistas.
Saludos y bendiciones.
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