¿Qué es la Teología Apofática y Catofática?

La teología apofática y la teología catofática son dos enfoques dentro del cristianismo que buscan expresar quién es Dios y cómo podemos conocerle. Aunque parecen opuestas, ambas tienen un propósito común: reconocer a Dios como el Creador soberano y todopoderoso, mientras se admite que nuestras capacidades humanas para comprenderle son limitadas. Como evangelistas conservadores, valoramos profundamente la revelación de Dios en las Escrituras, pero también debemos entender la grandeza de un Dios que, en su naturaleza divina, trasciende nuestro entendimiento.

Teología Apofática: Lo que Dios No Es

La teología apofática, también llamada teología negativa, se enfoca en la trascendencia de Dios, es decir, en cómo Él está por encima de todo lo creado y escapa a nuestra capacidad de comprensión plena. Este enfoque parte de la idea de que, debido a que Dios es absolutamente santo, infinito y perfecto, nuestras descripciones humanas nunca pueden abarcar su verdadera naturaleza. Por lo tanto, esta teología sugiere que la mejor manera de hablar de Dios es por negación, es decir, describiendo lo que Dios no es.

Ejemplos de Negaciones

La Biblia apoya esta idea de que Dios trasciende el entendimiento humano:

  • Isaías 55:8-9: «Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dice Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.»

Aquí, Dios nos recuerda que su naturaleza y su obra están más allá de nuestra comprensión humana. En este sentido, la teología apofática nos ayuda a mantener una postura de reverencia y humildad frente a su grandeza.

Dios Infinito y Más Allá de las Comparaciones

La teología apofática afirma que Dios no puede ser contenido en conceptos humanos como tiempo, espacio, o cualquier otra limitación terrenal. Como cristianos, confesamos que Dios es eterno, no creado y omnipresente. La Escritura nos enseña que Dios no es como nosotros:

  • Números 23:19: «Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. Él dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?»

Al decir que Dios no es como el ser humano, la Biblia resalta que su esencia está más allá de nuestras características finitas. Negar que Dios sea como el hombre no significa que no podamos conocerle en absoluto, sino que Él es mucho más de lo que podemos imaginar.

Teología Catofática: Lo que Dios Es

Por otro lado, la teología catofática, o teología afirmativa, se enfoca en lo que podemos afirmar de Dios basándonos en su revelación. Dios, en su gracia, ha decidido manifestarse al ser humano a través de las Escrituras y, más perfectamente, a través de su Hijo Jesucristo. A partir de lo que Dios nos ha mostrado, podemos hacer afirmaciones positivas acerca de su naturaleza, su carácter y su obra.

Revelación Positiva en las Escrituras

Dios ha revelado ciertos aspectos de su naturaleza en la Biblia. Sabemos, por ejemplo, que Dios es amor:

  • 1 Juan 4:8: «El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.»

Sabemos que Dios es justo y misericordioso:

  • Salmo 145:8-9: «Clemente y misericordioso es Jehová, lento para la ira, y grande en misericordia. Bueno es Jehová para con todos, y sus misericordias sobre todas sus obras.»

Aquí, vemos que las Escrituras nos proporcionan un fundamento firme para hacer afirmaciones sobre el carácter de Dios. La teología catofática se fundamenta en estas declaraciones claras y positivas acerca de Dios, que nos ayudan a conocerlo en relación con su amor, justicia, santidad, y otras características reveladas.

Cristo como Revelación Perfecta

El culmen de la teología afirmativa se encuentra en la persona de Jesucristo, quien es la revelación plena de Dios:

  • Juan 1:14: «Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.»

Jesucristo es la imagen visible del Dios invisible (Colosenses 1:15). Por medio de Cristo, podemos conocer el carácter de Dios de manera más clara, y comprender su amor, justicia y gracia. La teología afirmativa se apoya en esta revelación definitiva.

Complementariedad de los Enfoques

Aunque la teología apofática y la catofática parecen contradictorias, en realidad se complementan. La teología apofática nos protege de reducir a Dios a nuestras categorías limitadas, recordándonos que Él es más grande de lo que podemos comprender. Al mismo tiempo, la teología catofática nos permite conocer verdaderamente a Dios, pues Él ha decidido revelarse a nosotros de manera clara y comprensible.

Entendemos que Dios es un misterio que solo puede ser conocido hasta donde Él mismo ha decidido revelarse. En su bondad, nos ha dado su Palabra, inspirada y suficiente, para guiarnos a la verdad. Sin embargo, también reconocemos que nuestra comprensión es finita, y que siempre habrá aspectos de su naturaleza que escapan a nuestro entendimiento.

Advertencias Bíblicas sobre el Conocimiento de Dios

La Biblia nos advierte que no debemos confiar en nuestra propia sabiduría para comprender completamente a Dios:

  • Proverbios 3:5: «Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia.»

Asimismo, se nos llama a adorar a Dios en espíritu y en verdad (Juan 4:24), sabiendo que nuestra fe se basa en lo que Él ha revelado, y no en lo que nosotros podamos deducir o imaginar por nuestras propias fuerzas.

Tanto la teología apofática como la catofática nos invitan a una relación más profunda con Dios. Mientras la teología apofática nos lleva a la humildad, reconociendo los límites de nuestro conocimiento, la teología catofática nos invita a adorar a Dios por lo que Él ha revelado en su Palabra. En última instancia, ambas corrientes nos recuerdan que nuestro conocimiento de Dios debe estar basado en la revelación bíblica y guiado por el Espíritu Santo.

Dios es un ser infinitamente santo y trascendente, pero también es un Padre amoroso que ha hecho posible que le conozcamos a través de Jesucristo. Así, caminamos en fe, confiando en la Palabra que Él nos ha dado, y adorándole tanto por su misterio como por su verdad revelada.

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