¿Debe la Ley de Dios Gobernar a las Naciones?
La teonomía es una corriente dentro del cristianismo que sostiene que las leyes civiles deben estar basadas en la ley de Dios revelada en la Biblia, especialmente en el Antiguo Testamento. Según esta perspectiva, la sociedad debe regirse por los principios morales y judiciales establecidos en la Escritura, incluyendo ciertos aspectos de la ley mosaica.
El término «teonomía» proviene de las palabras griegas «theos» (Dios) y «nomos» (ley), significando literalmente «la ley de Dios». La teonomía sostiene que las leyes civiles deben reflejar los principios bíblicos. No se trata de imponer un sistema religioso, sino de aplicar las normas de justicia divina en la sociedad. Para los teonomistas, la ley mosaica sigue teniendo validez moral y civil, con excepción de aquellas partes que se han cumplido en Cristo, como los sacrificios y las leyes ceremoniales. Bajo este marco, los gobiernos tienen el deber de aplicar las leyes divinas para promover la justicia y castigar el mal, como se menciona en Romanos 13:1-4.
Aunque la idea de una sociedad gobernada por la ley de Dios ha existido en diversas formas a lo largo de la historia, la teonomía moderna surge principalmente dentro del movimiento reconstruccionista cristiano en el siglo XX. En la Edad Media, la idea de la Cristiandad promovió la noción de que los gobiernos debían someterse a la ley de Dios, permitiendo una fuerte influencia de la Iglesia en la política. Durante la Reforma Protestante, teólogos como Juan Calvino implementaron un modelo de sociedad basado en principios bíblicos en Ginebra, que en algunos aspectos se asemejaba a la teonomía. En el siglo XVII, los puritanos intentaron establecer comunidades regidas por la ley de Dios en Inglaterra y América. Sin embargo, la teonomía como sistema teológico tomó forma en el siglo XX con el reconstruccionismo cristiano.
Los principales promotores de la Teonomía
Rousas John Rushdoony es considerado el «padre» de la teonomía y el reconstruccionismo cristiano. En su libro «The Institutes of Biblical Law» (1973), argumentó que la ley de Dios debe ser la base de toda sociedad justa. Greg L. Bahnsen fue otro gran defensor de la teonomía y publicó «Theonomy in Christian Ethics» (1977), donde defendió la idea de que la ley mosaica sigue siendo válida en su aplicación moral y judicial. Gary North, economista cristiano, promovió una visión teonómica de la economía y la política, y defendió el «dominionismo», la idea de que los cristianos deben influir en todas las áreas de la sociedad. Estos autores han sido influyentes en el desarrollo de la teonomía y el reconstruccionismo cristiano, que busca reformar la sociedad mediante la aplicación de la ley bíblica.
Entre los principios clave de la teonomía está la autoridad de la ley bíblica sobre cualquier legislación humana, la continuidad de la ley del Antiguo Testamento excepto en lo que respecta a los aspectos ceremoniales, la necesidad de que el gobierno sea limitado y basado en la Biblia, y la creencia de que el Reino de Dios debe manifestarse en la tierra a través de la transformación progresiva de la sociedad. Para los teonomistas, la justicia no se define por opiniones humanas, sino por la Palabra de Dios, y las leyes civiles deben reflejar la voluntad divina, lo que incluiría la aplicación de castigos severos para delitos como la blasfemia o el asesinato.
Sin embargo, la teonomía ha sido ampliamente criticada. Algunos consideran que confunde el papel de la Iglesia y el Estado, dado que la Biblia distingue entre la misión espiritual de la Iglesia y la función del gobierno civil. También se le acusa de interpretar selectivamente la ley mosaica, aplicando ciertos aspectos pero ignorando otros. Otro argumento en contra es que podría derivar en la imposición forzada de una religión sobre la sociedad, algo que históricamente ha traído problemas cuando la Iglesia ha tomado el poder político. Además, hay quienes argumentan que el Nuevo Testamento no ordena a los cristianos imponer la ley mosaica en la sociedad, sino predicar el Evangelio y dejar que el Espíritu Santo transforme a las personas desde el interior.
¿Debe la sociedad regirse por la Ley de Dios?
La teonomía plantea una pregunta central: ¿Debe el cristianismo influir en la política mediante la imposición de la ley de Dios? Sus defensores sostienen que la ley de Dios es justa y perfecta, puede guiar a una sociedad más moral y justa, y previene la corrupción de leyes humanas alejadas de los principios divinos. Sus detractores señalan que el evangelio llama a la conversión y no a la imposición forzada, que el Reino de Dios no es de este mundo, y que la historia demuestra que cuando la Iglesia ha tomado el poder, han ocurrido abusos.
El debate sigue abierto, y aunque la teonomía no es una corriente dominante en el cristianismo actual, su influencia se deja ver en ciertos grupos que buscan aplicar principios bíblicos en la política y la sociedad. La Biblia llama a los creyentes a ser sal y luz en el mundo, pero sin olvidar que nuestra verdadera ciudadanía está en los cielos.




