“¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia”. (Mateo 23:27)
La expresión “sepulcros blanqueados” se relaciona con la antigua costumbre judía de blanquear las tumbas con cal para destacarlas, como dice John Lightfoot, era hecha en cierto día de cada año, no como una limpieza ceremonial, sino como las palabras siguientes parecen dar a entender, para hermosearlos. Esta práctica se llevaba a cabo el día 15 de Adar, un mes antes de la Pascua, pues la cal solía borrarse durante la estación lluviosa.
Pero ¿por qué era necesario blanquear las tumbas? Según explica la Enciclopedia Judaica (The Jewish Encyclopedia), para que “los numerosos peregrinos que recorrían los caminos para asistir a la Pascua” pudieran identificarlas con mayor facilidad y así evitaran contaminarse al tocarlas por accidente, Tocar o caminar accidentalmente sobre una tumba, podía causar impureza ceremonial (Núm_19:16). Una recién blanqueada tumba sería brillantemente blanca, de limpia apariencia, y tendría algunas veces una ornamentación espectacular que de fuera, a la verdad, se muestran hermosos, más de dentro están llenos de huesos de muertos y de toda suciedad. Cuando Jesús comparó a sus enemigos religiosos con “sepulcros blanqueados”, faltaban pocos días para la Pascua, de modo que todos los presentes tenían fresca en la memoria la costumbre anual de blanquear las tumbas. Al hacer esta comparación, indicó a sus oyentes que los fariseos y los escribas en realidad no eran lo que parecían, y que estar en contacto con ellos los contaminaba espiritualmente. ¡Qué manera tan poderosa de presentar la acusación de que, con toda la ostentación de ellos, sus corazones estaban llenos de corrupción!
Todavía en la Palestina de hoy se blanquean las tumbas.
Fuente: En su Contexto – Geycer Paredes M.