✍🏻 “Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra, y mi criado sanará”. Mateo 8:8
Un centurión romano era un oficial militar de alto rango en el antiguo ejército romano. La palabra «centurión» proviene del latín «centurio», que significa «comandante de cien». Originalmente, los centuriones comandaban unidades de aproximadamente cien soldados, aunque las cifras exactas variaban a lo largo de la historia romana.
En este pasaje observamos la humildad de este centurión romano cuando se refleja en su reconocimiento de su propia indignidad ante la presencia de Jesús. En la cultura judía de la época, entrar en la casa de un gentil, como un centurión romano, se consideraba impuro para un judío devoto. El centurión reconoce esta diferencia cultural y religiosa al decir que no es digno de que Jesús entre en su casa. Sin embargo, a pesar de su percepción de indignidad, el centurión demuestra una profunda fe al creer que la palabra de Jesús es suficiente para sanar a su siervo. Esta declaración de fe conmueve a Jesús, quien elogia la fe del centurión y realiza una sanidad a distancia.
Algunas personas y grupos mal intencionados han especulado que el siervo del centurión era su amante y es por ello que el centurión se sentía indigno de que Jesús entrara a su hogar. La palabra que se utiliza en el texto griego para describir al siervo es «παῖς» (pais), que puede traducirse como «siervo», «sirviente» o incluso «hijo». La relación exacta entre el centurión y su siervo no se especifica, y la Biblia no proporciona indicios adicionales sobre la naturaleza específica de su conexión.
Interpretar la relación como de índole homosexual sería una eiségesis bíblica ya que la misma Biblia predican en contra de ella (Levítico 18:22; Levítico 20:13; Romanos 1:26-27; 1 Corintios 6:9-10; 1 Timoteo 1:10; Judas 1:7; etc.). Es importante ser prudente al añadir detalles o interpretaciones no respaldadas por el texto bíblico. En este caso, el énfasis del pasaje está en la fe del centurión y la respuesta de Jesús a esa fe, no en detalles específicos sobre la relación personal entre el centurión y su siervo.
En resumen, la declaración del centurión sobre no ser digno de que Jesús entre en su casa refleja su humildad y reconocimiento de las diferencias culturales y religiosas, pero al mismo tiempo, muestra su gran fe en el poder de Jesús para sanar sin necesidad de estar físicamente presente.
Buena analogía de verdad confieso que vino un pensamiento de que el siervo y el centurión eran homoxesuales