ESTUDIO BÍBLICO COMPLETO.

Texto: Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. 1 Juan 4:1

Como todo texto bíblico, este texto está dentro de un contexto que son los versículos que están antes y después. Sin el contexto no podemos interpretar correctamente un texto o versículo. Ubicando el texto en su contexto, podemos decir lo siguiente: En la iglesia existían dos clases de profetas o mensajeros: los verdaderos y los falsos, los últimos abundaban. En las epístolas de Juan no aparece el destinatario, se cree que Juan escribe a los creyentes de Asia menor, lo que hoy es Turquia.

El apóstol Juan está preocupado por la salud espiritual de los hermanos, porque muchos falsos profetas o maestros estaban enseñando una herejía llamada Docetismo, la cual negaba la humanidad de Jesús. Les dice a los hermanos que no deben ser ingenuos, es decir, creerle a cualquier profeta que afirmara hablar de parte del Espíritu Santo, ya que los falsos profetas eran muchos, por lo tanto, les manda a poner a prueba a estas personas para saber si realmente era el Espíritu Santo la fuente de su revelación.

En los días de Juan, con mucha fuerza se enseñaba que Jesús no había venido en un cuerpo de carne y hueso, dicho de otro modo, solo era un hombre en apariencia, esto se conoce como «Docetismo».

Muchos falsos profetas influenciados por los gnósticos, decían que Jesús, siendo Dios, en realidad no podría haberse convertido en un ser humano de carne y hueso, porque Dios no podía asociarse con cosas materiales “impuras”. Tales opiniones intentaban eliminar no sólo la verdad sobre la humanidad de Jesús, sino también de la expiación, puesto que Jesús no sólo tuvo que ser verdaderamente Dios, sino también verdaderamente humano (y físicamente real), quien realmente sufrió y murió sobre la cruz a fin de ser un sacrificio sustitutivo y aceptable por el pecado (Hebreos 2:14-17).

El punto de vista bíblico sobre Jesús, afirma Su completa humanidad, así como Su completa deidad.

Considerando esta herejía o falsa doctrina, Juan establece el siguiente estándar o vara de medir: Si el profeta o maestro confesaba o declaraba que Jesús había venido en carne, esto significaba que tenía el Espíritu Santo o era este quien le usaba. Esto lo convertía en un verdadero ministro. Por otro lado, si el profeta o maestro no confesaba o declaraba que Jesús había venido en carne, esto significaba que no tenía el Espíritu Santo, sino el espíritu del anticristo (demonio) y por consecuencia era un falso ministro.

Un ejercicio básico, como una simple pregunta, demuestra que algunos creyentes creen en cualquier profecía, manifestación o movimiento. Cuando son consultados acerca de tal o cual manifestación ellos responden: “Más vale creer que dudar”, “la blasfemia contra el Espíritu Santo es un pecado muy serio”, “no somos jueces para determinar lo correcto o incorrecto”, etc.

Aunque las circunstancias del estudio son diferentes a lo que vemos en el texto, el llamado a probad, examinar o analizar las cosas que vemos y escuchamos sigue vigente, esto debe hacerse a la luz de las escrituras hoy en día.

Toda experiencia espiritual debe ser juzgada por estándares bíblicos. Nunca debe ser aceptada solo porque sea impactante o porque sea contada por una persona de alto rango en la iglesia. Confiamos en el principio de que Dios nunca se contradecirá y conocemos lo que ya ha dicho en Su Palabra.

1) ¿𝐄𝐧 𝐪𝐮é 𝐜𝐨𝐧𝐬𝐢𝐬𝐭𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐚 𝐩𝐫á𝐜𝐭𝐢𝐜𝐚?

Este fenómeno o manifestación se conoce bajo los siguientes nombres: “cayendo bajo el poder del Espíritu Santo”, “reposo en el Espíritu”, “tumbado por el Espíritu”, “fulminado en el Espíritu Santo”, “trance en el Espíritu Santo” y “derribado por el Espíritu Santo”.

Esta práctica se lleva a cabo de diferentes maneras y en diferentes circunstancias. Te presentaré un caso bastante común sobre las famosas «caidas en el Espíritu».

El predicador después de entregar el mensaje, realiza un llamado para que las personas reciban a Cristo o sean sanadas. Una vez que un gran número de personas responden al llamado, llega la hora de «ministrar». El predicador se para frente a la persona y ora por ella, con sus manos sobre la cabeza o frente de esta. En cuestión de segundos, la persona se desvanece, cayendo hacía atrás. Para evitar que la persona sufra algún daño, dos miembros de la congregación le reciben en sus brazos y le colocan en el piso. Una vez estando en el piso, la persona parece estar en un estado de trance por un tiempo determinado.

Según sus defensores, no se trata de ningún tipo de manipulación de parte del predicador, él simplemente ha sido usado por el Espíritu Santo para que la persona reciba “el toque del Espíritu Santo”.

Como bien dice el pastor Corti Hinn, hay una cantidad de explicaciones diferentes sobre lo que sucede. Eso en sí mismo demuestra cuanta confusión hay alrededor de la práctica.

Aquí hay varias afirmaciones clave:

  • Caerse en el espíritu es el resultado de la presencia manifiesta de Dios el Padre.
  • Jesús es el que está haciendo caer a la gente.
  • El Espíritu Santo es una fuerza que no se puede contener. Cuando toca a las personas, caen.
  • Cuando Dios toca la carne humana, algo sucederá.
  • Cuando el cielo toca la tierra, las cosas tiemblan.
  • El poder de Dios es abrumador. Cuando aparece, la gente cae.

Para apoyar estas afirmaciones y explicaciones generales, los seguidores carismáticos usan pasajes bíblicos específicos como textos de prueba. Los cristianos que no están alfabetizados bíblicamente no notarán la gimnasia interpretativa que se está utilizando, pero cuando estudiamos lo que la Biblia realmente dice, los mitos detrás de las «caídas en el espíritu» se rompen bíblicamente.

Generalmente, este fenómeno o manifestación ocurre en iglesias Neo-pentecostales.

He conversado con muchos pentecostales sobre este tema, muchos de ellos me han dicho explícitamente que aquella práctica no tiene fundamento bíblico y que es contraria a lo que ellos han visto y aprendido en sus respectivas iglesias.

Algunos estudiosos de la disciplina de la sociología de la religión, suelen clasificar el fenómeno como un «trance de posesión», aunque otros insisten que se trata de una experiencia diferente. En general, se ha reconocido que la fuente de este fenómeno puede ser una respuesta puramente humana desde la auto sugestión, la presión del grupo o sencillamente un deseo de tener la experiencia. Estos sociólogos indican que esta manifestación no es exclusiva del cristianismo a pesar de su larga historia, sino también estas experiencias o unas parecidas ocurren en otras religiones.

No hay ninguna evidencia bíblica de algún ministro del Señor Jesucristo que haya llevado a cabo esta práctica, si hay versículos bíblicos que hablan sobre experiencias individuales y poderosas con Dios, las cuales son inexplicables, pero son diferentes a lo que estoy abordando.

2) ¿𝐐𝐮é 𝐯𝐞𝐫𝐬í𝐜𝐮𝐥𝐨𝐬 𝐛í𝐛𝐥𝐢𝐜𝐨𝐬 𝐮𝐬𝐚𝐧 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐬𝐨𝐬𝐭𝐞𝐧𝐞𝐫 𝐨 𝐣𝐮𝐬𝐭𝐢𝐟𝐢𝐜𝐚𝐫 𝐞𝐬𝐭𝐚 𝐩𝐫á𝐜𝐭𝐢𝐜𝐚?

Daniel el Profeta.

Daniel 8:18 Mientras él hablaba conmigo, caí dormido en tierra sobre mi rostro; y él me tocó, y me hizo estar en pie.

Daniel 10:8-9 Quedé, pues, yo solo, y vi esta gran visión, y no quedó fuerza en mí, antes mi fuerza se cambió en desfallecimiento, y no tuve vigor alguno. Pero oí el sonido de sus palabras; y al oír el sonido de sus palabras, caí sobre mi rostro en un profundo sueño, con mi rostro en tierra.

Exégesis de los textos.

En su primera experiencia, Daniel relata que mientras hablaba con el ángel Gabriel, cayó dormido en tierra sobre su rostro, es decir, se desmayo, así lo dicen otras versiones. Aquí podemos observar el efecto físico que esta visión causó en Daniel. Es necesario decir que Daniel no cayó hacia atrás ni se lastimó producto de la caída.

En su segunda experiencia, Daniel relata que quedó sin vigor alguno al ver a un ser celestial, probablemente Cristo y luego al oír las palabras de este ser celestial, cae dormido en tierra sobre su rostro. La experiencia se repite.

La descripción de esa gloria motiva a algunos a considerar que se trata de Cristo en una aparición previa a su encarnación (como en Jos 5:13-15; Jos 6:2; Jue 6:11-23). Es casi idéntica a la descripción de Cristo en Apo 1:13-14 y la reacción de Daniel también es similar a la de Juan (Apo 1:17).

En ambas experiencias, Daniel cayó dormido en tierra sobre su rostro o se desmayó como efecto o resultado de las visiones.

Conversión de Saulo.

Hechos 9:3-4, dice: «Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo; y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?».

Al rodearle un resplandor de luz producto de la presencia del Señor, Pablo cae en tierra, pero no de forma inconsciente, no se trató de un desmayo.

En la mente de muchas personas, Saulo cayó de un caballo, es necesario decir que este registro y los registros paralelos Hechos 8; 22: 3-11; 26: 12-20 no hacen ninguna mención de un caballo ni de ningún otro tipo de animal. Es probable, pero el texto no dice específicamente que sí. La caída de Saulo no denota reverencia o respeto, se trató de una reacción de susto e impresión.

El hecho misterioso de los que fueron a arrestar al Señor.

Juan 18:6 Cuando les dijo: Yo soy, retrocedieron, y cayeron a tierra.

¿Quiénes retrocedieron y cayeron a tierra?

El antecedente de estos verbos se encuentra en el versículo 3, «una compañía de soldados, y alguaciles». Estos soldados romanos y alguaciles judíos cayeron a tierra. ¿Cómo se explica esto?

El “Yo soy” de Jesús no debe entenderse como: “yo soy la persona que ustedes andan buscando”, se trataba de un titulo que lo identificaba como el mismo Dios. No sabemos con exactitud como ocurrió esta experiencia, pero si sabemos que al decir el Señor «Yo soy», inmediatamente retrocedieron y cayeron a tierra. Es probable que la caída de estos hombres fuera producto del impacto al encontrarse frente al mismo Dios o una manifestación del poder de Jesús para acreditar su Deidad. Este relato nos muestra que si Jesús hubiera querido escapar, lo hubiera hecho, pero se sometió a la voluntad del padre permitiendo su arresto.

Hay varias cosas que no pueden pasarse por alto en este relato: 1) Eran sus enemigos 2) Él no les impartió su unción 3) No tuvieron un encuentro eufórico con Dios 4) no se manifestaron con ladridos, temblores o convulsiones 5) No fueron llenos del Espíritu 6) No fueron sanados mientras yacían en el suelo 7) no cayeron de espaldas, simplemente dice que cayeron a tierra 8) Continuaron interponiéndose a Dios.

Los eventos de este texto no pueden separarse de la aplicación de este texto. Lo que hizo Jesús y cómo respondió a la multitud no ofrece apoyo para las prácticas modernas.

Juan el Apóstol.

Apocalipsis 1:17 Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último;

Aquí el apóstol describe claramente su experiencia ante la presencia de su Señor, él cae “como muerto a sus pies»; Juan no se arrodilló, cayó como muerto a sus pies, es decir, inerte, sin movimiento alguno, en otras palabras, se desplomó, esto fue producto del impacto de ver a su Señor totalmente glorificado, pero cayó a sus pies en señal de humillación y reverencia.

El texto del Profeta Isaías.

Isaías 28:13 La palabra, pues, de Jehová les será mandamiento tras mandamiento, mandato sobre mandato, renglón tras renglón, línea sobre línea, un poquito allí, otro poquito allá; hasta que vayan y caigan de espaldas, y sean quebrantados, enlazados y presos.

El Dr. David Guzik dice: «Esta es la bendita forma de presentar la palabra del Señor: mandato tras mandato, renglón tras renglón… Isaías toma la burla de los ebrios de Judá y la recibe como un cumplido. Los mensajeros de Dios deben presentar toda la palabra de Dios (sin brincarse ninguna línea), y presentarla de forma simple y ordenada. El resultado de la fiel presentación de la palabra de Dios para aquellos que la rechazan no es algo bueno para ellos: hasta que vayan y caigan de espaldas, y sean quebrantados, atrapados y aprisionados».

Isaías no está hablando de una manifestación u obra del Espíritu Santo, sino de un juicio divino.

Como puedes darte cuenta, en ninguna caída hubo intervención humana, es decir, se trató de una experiencia totalmente individual. También es necesario decir que no se llevó a cabo en el contexto eclesiástico, no fue algo que practicaran los primeros cristianos.

El único que cayó hacia atrás o de espaldas fue el Sumo sacerdote Elí, pero no se trató de una experiencia espiritual: 1 Samuel 4:18 Y aconteció que cuando él hizo mención del arca de Dios, Elí cayó hacia atrás de la silla al lado de la puerta, y se desnucó y murió; porque era hombre viejo y pesado. Y había juzgado a Israel cuarenta años.

La mala noticia de la captura del arca del pacto provocó un impacto emocional y físico en el sumo sacerdote Eli. Estando sentado, cayó hacia atrás y se desnucó y murió.

La caída del sumo sacerdote Elí denota miedo y angustia.

3) ¿𝐃𝐞 𝐝ó𝐧𝐝𝐞 𝐯𝐢𝐞𝐧𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐚 𝐩𝐫á𝐜𝐭𝐢𝐜𝐚?

Según algunos estudiosos del tema, este fenómeno aparece por primera vez en la renovación carismática de los años 60dentro de la Iglesia Católica. Ellos dicen que con la llegada del neo-pentecostalismo a la iglesia evangélica a finales de los años 80, esta extraña experiencia fue introducida en la iglesia.

Al estudiar a profundidad el tema, llegué a la conclusión de que este fenómeno es más antiguo y que no se originó en el contexto carismático de la iglesia católica.

En el transcurso del estudio del tema, surgieron varios nombres importantes asociados a esta práctica, aunque existen algunas diferencias de como se practica hoy en día.

Dado el hecho de que la información acerca del origen de esta práctica es ambigua, no podemos hablar del año exacto en el que aparece ni de la primera persona que la llevó a cabo. Sin embargo, puedo entregar algunos datos relevantes.

Los escritores que defienden esta experiencia como cristiana, lo hacen citando algunos casos en donde este fenómeno se llevó a cabo por personalidades de renombre en el cristianismo.

Quizá, el caso más citado es el de Juan Wesley (1703-1791), el fundador del metodismo, en cuyo Diario dice que durante su predicación ciertas gentes cayeron al suelo y «allí lanzaron quejidos».

Algunas experiencias parecidas ocurrieron durante la predicación de Jorge Whitefield y el metodista Pedro Cartwright.

En el movimiento pentecostal temprano en EE.UU. a finales del siglo XIX, se asocia el fenómeno a la persona de María B. Woodworth-Etter, aunque sus primeras experiencias ocurrieron antes de que ella se uniera al pentecostalismo. Se describe una experiencia en el estado de Indiana en un periódico: «docenas [de personas] estaban acostados [en el suelo] pálidos e inconscientes, rígidos y aparentemente sin vida».

También se reclama que los primeros en caer eran los incrédulos y mofadores y que en una ocasión se cayeron cientos de personas.

¿Quién fue María Etter?

Maria Buelah Woodworth-Etter (del 22 de julio de 1844 al 16 de septiembre de 1924) fue una evangelista sanadora estadounidense. Su estilo de ministerio fue un modelo para el pentecostalismo.

Comenzó a orar por los enfermos en 1885, creyendo que aquellos que tuvieran suficiente fe serían sanados. Sus reuniones también se hicieron conocidas por las personas que caían al suelo en estados de trance. Estas personas luego reportarían profundas experiencias espirituales mientras se encontraban en tal estado. Mientras predicaba en todo el país, su reputación creció, lo que la llevó a comprar una carpa de 8,000 asientos para llevar a cabo sus servicios. En 1912 se unió al joven movimiento pentecostal y predicó ampliamente en círculos pentecostales hasta su muerte, ayudando a fundar las Asambleas de Dios en 1914.

En la actualidad, algunos asocian este fenómeno a líderes como Kathryn Kuhlman, Kenneth Hagin, Sr., Carlos y Frances Hunter y Benny Hinn. Quizá Kuhlman es la que más fomentó este fenómeno debido a que sus reuniones fueron caracterizadas por este fenómeno. En las campañas de la famosa evangelista Kathryn Kullman, este fenómeno ocurría con mucha frecuencia. Ella llegaba a “tumbar” a una misma persona tres o cuatro veces en un mismo tiempo, lo cual no tenía ninguna explicación racional ni escritural.

Entrando al siglo XXI, hizo propio este movimiento el pseudo pastor y evangelista Benny Hinn, quien por medio del canal enlace y otros medios, hizo de las caídas un espectáculo.

En los videos que circulan en la internet, vemos que a una persona la empuja con la mano y esta luego cae, después con su chaqueta la golpea y vuelve a caer, después le sopla la frente y una vez más cae. En una oportunidad hasta golpeó a una persona con el micrófono en la cabeza con la intención de que cayera.

En el canal enlace es donde más se llevó a cabo esta práctica, que siguen al pie de la letra los discípulos de Benny Hinn que son en primer lugar Guillermo Maldonado y Cash Luna. Muchos pastores han traído este movimiento a sus iglesias, pero a decir verdad no es más que una copia barata de lo que hacen estos hombres. Aquello no te convierte en un ministro más espiritual, pero si más actualizado, pero la palabra de Dios no cambia ni se sujeta a los tiempos.

4) 𝐎𝐛𝐣𝐞𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐛í𝐛𝐥𝐢𝐜𝐚𝐬 𝐚𝐥 𝐫𝐞𝐬𝐩𝐞𝐜𝐭𝐨:

– Esta práctica no se llevó a cabo ni en el Antiguo ni en el Nuevo testamento.

En especial, ningún Apóstol o ministro del Señor Jesús llevó a cabo esta práctica por imposición de manos u otros medios. Una cosa es que Dios sea multifacético en su forma de operar, pero otra cosa muy distinta es abusar de ello estableciendo cosas que jamás ocurrieron en la biblia.

– El hecho de que algunas personas en la Biblia se desmayen producto de ser impactadas por una experiencia tan solemne, no me da lugar a crear una doctrina de ello o una práctica. En algunas iglesias se está preparando a la gente para esto como si se tratara de una doctrina bíblica, es más, todos los días viven experiencias donde caen al suelo de forma espontanea bajo el supuesto poder del Espíritu Santo, pero la biblia jamás enseña eso.

– Caer de espaldas no es consecuencia de haber recibido el Espíritu Santo o haber sido bautizado en el Espíritu Santo.

Hechos 2:4 Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.

Hechos 19:6 Después, cuando Pablo les impuso las manos, el Espíritu Santo descendió sobre ellos, y hablaron en otras lenguas y profetizaron.

Hechos 8:17 Entonces Pedro y Juan impusieron sus manos sobre esos creyentes, y recibieron el Espíritu Santo.

Hechos 10:44 Mientras aún hablaba Pedro estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían el discurso.

Ningún creyente cayó de espaldas al recibir el Espíritu Santo o ser bautizado en el Espíritu Santo.

–No es una nueva revelación.

No pueden haber nuevas revelaciones ya que el canon del Nuevo Testamento está cerrado.

–No es una experiencia transformadora.

Algunos dicen: “hermano, cuando yo tuve la experiencia fui transformado”.

Está comprobado por el testimonio de muchos, que aquellos que caen al suelo se levantan tal cual y siguen siendo los mismos. Una experiencia de carácter emocional no puede transformar a nadie, se necesita una verdadera experiencia con el Espíritu Santo para que aquello ocurra.

Uno de los grandes errores que cometen muchos, es colocar su experiencia por sobre la biblia. Muchos dicen: “Yo lo viví y usted no sabe cómo fue esa experiencia”. Yo respondo siempre lo mismo: Si en la biblia no está esa experiencia, hayas vivido lo que hayas vivido, no debe porque ser creíble como una experiencia divina.

Si no es el poder de Dios que tumba a las personas al piso, ¿entonces qué es?

En algunos casos es muy evidente la participación del predicador, me refiero a que este empuja a las personas al piso y estas caen. En otros casos el predicador solo impone las manos o sopla sobre la frente de las personas y estas caen.

Existen varias respuestas, pero ninguna bíblica.

1- El poder de la sugestión o manipulación.

El poder de la sugestión es real. Documentales como “Milagros para la venta” han demostrado que el poder de la sugestión se puede utilizar para hacer que completos extraños hagan lo que se les sugiere u ordena. Esto no es nuevo para quienes tienen una comprensión de la psicología y las ciencias sociales, pero muchos cristianos todavía no son conscientes de que muchos líderes carismáticos son expertos en manipulación. Largos periodos de música sensual y relajante, innumerables estallidos de decir: “¡Jesús está aquí! ¡Él te va a tocar! ¡Sentirás algo que nunca antes habías sentido! ¡Sólo recíbelo! “, Hace que la gente se ponga predispuesta. Entonces, están maduros para la cosecha.

2- Hay personas que anhelan ser tocadas por el predicador para caer al piso, entonces cuando este las toca o les sopla la frente, estas caen producto de su deseo personal.

3- Hay otros que simplemente caen al piso producto de la emoción que sienten en el momento o para saber que se siente ya que vieron a otro.

4- Es una manifestación demoniaca.

En muchos casos, las caídas en el espíritu resultan en un comportamiento anormal, similar a los relatos bíblicos de alguien que está experimentando una posesión demoníaca (Marcos 9:17-18 ) Esta no es una declaración general para decir que todas las prácticas de caer en el espíritu de hoy son demoníacas, pero es decir que cuando los otros puntos no están en juego, puedes apostar que no es un comportamiento carismático inocente. En el mejor de los casos, las personas bien intencionadas buscan un encuentro con Dios del modo equivocado a través de los medios equivocados y terminarán confundidas y decepcionadas. En el peor de los casos, las personas desesperadas y los apóstatas están siendo vencidos por la hipnosis, el poder de sugestión, las fuerzas demoníacas o un espíritu falso que creen que es el Espíritu Santo.

5) 𝐂𝐚í𝐝𝐚𝐬 𝐢𝐧𝐭𝐞𝐧𝐜𝐢𝐨𝐧𝐚𝐥𝐞𝐬 𝐞𝐧 𝐬𝐞𝐧𝐚𝐥 𝐝𝐞 𝐡𝐮𝐦𝐢𝐥𝐥𝐚𝐜𝐢ó𝐧 𝐲 𝐫𝐞𝐯𝐞𝐫𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚 𝐞𝐧 𝐥𝐚 𝐛𝐢𝐛𝐥𝐢𝐚.

Génesis 17:3 Abraham “cayó sobre su rostro” cuando Dios se le apareció para revalidar su pacto con él.

Levítico 9:23, 24 Moisés, Aarón y el pueblo “cayeron sobre sus rostros” cuando la gloria de Jehová se apareció a vista de todo el pueblo.

Josué 5:14 Josué “se postró sobre su rostro y adoró” cuando tuvo un encuentro en las afueras de Jericó con el “Príncipe del ejército del Señor”.

Jueces 13:20 Manoa y su mujer “se postraron en tierra sobre sus rostros” ante el ángel de Jehová.

1 Reyes 18:38,39 Elías y el pueblo “cayeron sobre sus rostros” cuando el fuego del Señor cayó sobre el altar construido sobre el Monte Carmelo.

2 Crónicas 7:3 Los hijos de Israel “cayeron en tierra sobre sus rostros, y adoraron”.
Ezequiel 1:28 Ezequiel testifica: “caí sobre mi rostro” cuando vio la visión de la semejanza de la gloria de Dios.

Mateo 17:6 Pedro, Juan y Jacobo en el monte “cayeron sobre sus rostros” cuando vieron al Cristo transfigurado hablando con Moisés y Elías.

Conclusión: En la Escritura no encontramos descripciones ni mandatos de caerse o ser tumbados por el Espíritu. Así que si estás entre las personas que practican esto o creen que estas cosas son así, te exhorto a evaluarlas bíblicamente. No te dejes influenciar por ideas o prácticas que no tienen sustento bíblico. Todo lo que creemos y practicamos debe estar sustentado por lo que la Biblia nos enseña y no por las experiencias o prácticas de los hombres. El Espíritu Santo sigue obrando y haciendo milagros en medio de su pueblo. Esto no se trata de cuestionar el poder o limitar la capacidad que tiene el Espíritu para hacer cosas sobrenaturales. Claro que Él puede “tumbar” a todos los hombres, pero ese no es su interés. “Tumbar” no se ajusta con la obra del Espíritu para los creyentes y tampoco corresponde con sus formas para santificarlos. Caerse en el piso no está en armonía con la función, ni con la meta, mucho menos con los métodos del Espíritu Santo.

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